HC - FiftyFifty - FundacioSHE & laCaixa - ES

“SI LOS ADULTOS RECIBEN FORMACIÓN EN GRUPOS ESPECIALIZADOS Y ADQUIEREN LOS CONOCIMIENTOS, HABILIDADES Y ACTITUDES NECESARIOS PARA UN ESTILO DE VIDA SALUDABLE, SE OBSERVARÁ UNA MEJORA EN SUS HÁBITOS DE SALUD CARDIOVASCULAR Y SU PROPIO AUTOCONTROL DE LOS FACTORES DE RIESGO.”

Dr. Valentín Fuster

El Programa 50/50 (Fifty-Fifty): Ensayo controlado aleatoriozado para evaluar una intervención comunitaria en factores de riesgo cardiovasculares

La obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo y la tensión arterial elevada actúan como los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, primera causa de mortalidad en España y en el mundo. La prevalencia de sobrepeso en adultos en España es del 36 %, la de obesidad del 17%, la del sedentarismo del 37% y la del tabaquismo del 27%. Por ello, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) que pertenece al Ministerio de Consumo y la Fundación SHE impulsaron en 8 municipios españoles la puesta en marcha del Programa Fifty-Fifty, un estudio de intervención en salud comunitaria diseñado por el Dr. Valentín Fuster que tiene como objetivo mejorar la salud integral en adultos, ayudándoles a autocontrolar los principales factores de riesgo para estas patologías. Los participantes del estudio, adultos sanos de 25 a 50 años con al menos un factor de riesgo cardiovascular, recibieron talleres formativos y motivacionales en dinámicas de grupo de ayuda entre iguales dirigidos a promover hábitos de vida saludables. Después de un año de seguimiento, el 67% de los participantes mejoró en los 5 factores de riesgo cardiovascular y casi la mitad redujo el consumo de tabaco, demostrando la efectividad de la promoción de la salud a través de la intervención comunitaria entre iguales.

m-Alonso-Fuster_05
m-Alonso-Fuster_07
m-Alonso-Fuster_08
m-20160128_115309
m-20160128_114707

Frente al gran incremento de la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares, existe una necesidad urgente de aplicar estrategias multisectoriales, relacionadas sobre todo con la prevención primaria, a través de servicios de atención sanitaria de calidad que promuevan un estilo de vida saludable y reduzcan los factores de riesgo cardiovascular, la mortalidad y la morbilidad.

Leer más

En España, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad o discapacidad [1]. Sin embargo, la salud cardiovascular en este país (según la definición de la Asociación Americana del Corazón) es pobre, sobre todo, en lo referente al estilo de vida [2]. Menos del 1% de los españoles alcanza valores ideales para los 7 indicadores de salud cardiovascular, presentando un estilo de vida saludable [3]. Además, el sedentarismo, el tabaquismo y la obesidad afectan a una cuarta parte de la población (Figura 1) [4].

Estos factores de riesgo cardiovascular, junto con la presión sanguínea elevada, pueden reducirse con la adquisición de hábitos y conductas saludables. Los sistemas de apoyo entre iguales han dado resultados positivos en muchas enfermedades crónicas [5]. No obstante, faltan ensayos aleatorizados que evalúen la eficacia de esta estrategia para modificar los factores de riesgo cardiovasculares.

A partir de la experiencia previa, el Dr. Fuster inició un programa piloto en la población de Cardona (Barcelona, España). Los buenos resultados obtenidos facilitaron el desarrollo de un estudio más amplio en otras 7 localidades españolas: Barcelona, Cambrils, Guadix, Manresa, Molina de Segura, San Fernando de Henares y Villanueva de la Cañada (Figura 2). En dicho estudio participaron 543 voluntarios (71% mujeres), cada uno de ellos con al menos un factor de riesgo cardiovascular (un 20 % con hipertensión (≥ 140-90 mmHg), un 82% con sobrepeso (IMC ≥ 25), un 81% sedentarios (≤ 150 min de actividad física/semana) y un 31% fumadores). El Programa contó con la colaboración de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), y los ayuntamientos de los municipios participantes.


Figura 2. Estudio Fifty-Fifty: municipios participantes en programa.

La intervención se basó en elementos de la Teoría Cognitiva Social [10]. Esta teoría explica el comportamiento humano en términos de un modelo de reciprocidad dinámico a tres bandas en el que interaccionan continuamente los factores personales, los medioambientales y el comportamiento. Los elementos clave de esta teoría incluyen el aprendizaje observacional, el refuerzo, el autocontrol y la auto-eficacia.

Para promover la salud cardiovascular, el Programa utilizó recomendaciones basadas en la evidencia, tales como aumentar el período de actividad física de acuerdo con las directrices de la OMS (150 min/semana), mejorar la conducta alimentaria para cumplir con la recomendación de 5 raciones (400 g) de frutas y verduras al día y dejar de fumar.

En una primera fase, de dos meses de duración, todos los participantes recibieron talleres formativos y motivacionales dirigidos a promover hábitos de vida saludables. En las reuniones se abordaron las motivaciones para el cambio, la gestión de estrés, la cesación tabáquica, la alimentación saludable, la práctica habitual de la actividad física y el autocontrol de la tensión arterial. A continuación, en una segunda fase de 12 meses de duración, los participantes fueron divididos aleatoriamente en dos grupos (1:1): el grupo de intervención, que siguió dinámicas formativas de grupo, y el grupo control, del que simplemente se hizo seguimiento durante el mismo periodo de tiempo (Figura 3). Los participantes de grupo de intervención se asignaron al azar en subgrupos de unas 10 personas, de los cuales dos participantes fueron seleccionados como líderes o educadores por psicólogos y profesionales de la salud [11]. Todos los educadores seleccionados asistieron a una sesión de tres horas sobre salud y promoción de la salud, liderazgo y habilidades comunicativas. Cada mes, los grupos intervención de cada municipio tuvieron sesiones de dinámica de grupo de 60-90 minutos basadas en la “educación entre iguales” y dirigidas a promover cambios internos y a brindar a los participantes la posibilidad de desarrollar capacidades distintas al simple conocimiento que ayudasen a controlar los factores de riesgo cardiovascular. En cada grupo de intervención, los participantes explicaron las mejoras en sus hábitos saludables y las dificultades encontradas. Se anotaron todos los datos sobre la reducción de los factores de riesgo cardiovascular y la mejora de los hábitos saludables para poder evaluar el éxito en el logro de la intervención a medio y largo plazo [12, 13].

Figura 3. Mapa conceptual del estudio Fifty-Fifty.

El resultado principal evaluado por el estudio fue el cambio medio en una puntuación compuesta relacionada con presión arterial, el ejercicio, el peso, la alimentación y el consumo de tabaco (puntuación Fuster-BEWAT).

Se realizaron 4 evaluaciones en total: al inicio del programa, después de los talleres formativos, a los 12 meses (después de las dinámicas de grupo) y a los 40 meses.

Los investigadores han realizado un nuevo análisis de los factores de riesgo cardiovascular 12 meses y 40 meses después de la finalización del estudio para valorar la progresión de los participantes [14]. Los resultados obtenidos del estudio Fifty-Fifty confirman que educar a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable, acompañado del apoyo entre iguales, mejora los hábitos de salud cardiovascular y el autocontrol de los factores de riesgo, y confirma la importancia de dar continuidad a las dinámicas de apoyo.

El Programa Fifty-Fifty también se ha aplicado en empresas españolas con el objetivo de dar herramientas que permitan mejorar la salud cardiovascular de sus trabajadores. Algunas de las empresas que han aplicado el Programa son Port Aventura (parque temático) y AMPO (fundición de acero). Los empleados que participaron en las diversas ediciones del programa mostraron una mejora general en la puntuación del score BEWAT y sus componentes individuales, especialmente en presión arterial, alimentación y cesación tabáquica.

Es primordial aplicar programas de promoción de hábitos saludables que, como éste, suponen una ayuda de gran valor para sensibilizar a la población, ya que, en palabras del Dr. Fuster “no hay que prevenir enfermedades, hay que promover la salud”.

Referencias

  1. Banegas JR et al. Rev Esp Cardiol Supl, 2006, 6(G):3-12. Epidemiología de las enfermedades cardiovasculares en España.
  2. Lloyd-Jones DM et al. Circulation, 2010, 121(4):586-613. Defining and setting national goals for cardiovascular health promotion and disease reduction: the American Heart Association’s strategic Impact Goal through 2020 and beyond.
  3. Graciani A et al. Circ Cardiovasc Qual Outcomes, 2013, 6(1):90-8. Cardiovascular health in a southern Mediterranean European country: a nationwide population-based study.
  4. Lopez-Garcia E et al. Atherosclerosis, 2013, 231(1):152-7. Prevalence and determinants of metabolically healthy obesity in Spain.
  5. Funnell MM. Diabetes Self Manag, 2010, 27(5):8, 11-3. Peer support, education, and mentoring.
  6. Banegas JR et al. Rev Esp Cardiol, 2011, ISSN 0300-8932, 64(10):876-882. Estudio de Nutrición y Riesgo Cardiovascular en España (ENRICA).
  7. Álvarez E et al.  Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2011. Informe 2011-Observatorio Español de la Droga y las Toxicomanías: Situación y tendencias de los problemas de drogas en España.
  8. Encuesta Nacional de Salud de España, 2006. Disponible en: http://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/encuestaNacional/encuesta2006.htm
  9. Gomez-Pardo E, Fuster V et al. J Am Coll Cardiol, 2016, 67(5):476-85. A Comprehensive Lifestyle Peer Group-Based Intervention on Cardiovascular Risk Factors: The Randomized Controlled Fifty-Fifty Program.
  10. Glanz K and Bishop DB. Annu Rev Public Health, 2010, 31:399-418. The role of behavioral science theory in development and implementation of public health interventions.
  11. Karwalajtys T et al. J Community Health, 2009, 34(4):336-45. Development of the volunteer peer educator role in a community Cardiovascular Health Awareness Program (CHAP): a process evaluation in two communities.
  12. Thompson PD et al. Circulation, 2007, 115(17):2358-68. Exercise and acute cardiovascular events placing the risks into perspective: a scientific statement from the American Heart Association Council on Nutrition, Physical Activity, and Metabolism and the Council on Clinical Cardiology.
  13. Heath GW et al. Lancet, 2012, 380(9838):272-81. Evidence-based intervention in physical activity: lessons from around the world.
  14. Fernández-Alvira JM, Fuster V et al. Am Heart J, 2021, 240:81-88. The challenge of sustainability: Long-term results from the Fifty-Fifty peer group-based intervention in cardiovascular risk factors.