“EL PROBLEMA ES LA EDUCACIÓN: TENEMOS QUE CONVENCER A ESTOS LEONES (ADULTOS ENFERMOS) PARA QUE SE CONVIERTAN EN ANTÍLOPES (ADULTOS CON HÁBITOS SALUDABLES) DE MODO QUE, CUANDO YA SE HAYAN CONVERTIDO EN ANTÍLOPES, SE PREGUNTEN SI SE ARREPIENTEN DE SU ETAPA COMO LEONES. ESTO ES LO QUE DEBEMOS TRANSMITIR.”

Dr. Valentín Fuster

Optimización de la vinculación y la retención a la atención sanitaria y la prevención de la hipertensión arterial en zonas rurales de Kenia (LARK: estudio de la hipertensión)
La prevalencia de la hipertensión (presión arterial elevada) en adultos en África es la más elevada del mundo. La falta de vinculación y retención a la atención sanitaria de la hipertensión y de adherencia al tratamiento antihipertensivo se asocia con un aumento de la mortalidad. El Dr. Fuster, en colaboración con la AMPATH, es el Investigador Principal de un proyecto en las zonas rurales de Kenia occidental para evaluar posibles barreras en la gestión de la hipertensión.

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Basándose en las 27 barreras identificadas, agrupadas en factores individuales (cognitivos y emocionales) y ambientales, el objetivo es desarrollar una herramienta de apoyo a la toma de decisiones y que permita el registro de datos para su integración en teléfonos inteligentes (smartphones), de forma asociada a la AMPATH Medical Record System (ARMS). También se pretende analizar el impacto del uso de dicha herramienta por parte de los trabajadores comunitarios de la salud sobre la vinculación a la atención y cuidado de la hipertensión, la reducción, o no, de la presión arterial en pacientes hipertensos y el coste-eficacia de la intervención.

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La hipertensión arterial, el principal factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares, está aumentando en el África subsahariana, incluyendo Kenia occidental, donde la enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte entre las personas mayores de 30 años [1, 2]. En las zonas rurales de Kenia occidental, una de cada 10 personas tiene la presión sanguínea alta; esta alta incidencia puede ser debido tanto a causas tradicionales, como el consumo elevado de sal, así como también a causas más endémicas, incluyendo la contaminación del aire debido a la quema de madera o estiércol animal para las fogatas. Se prevé, además, que en 2025 el 75% de todos los casos de hipertensión en todo el mundo se darán en países de ingresos bajos-medios [3].

Las tasas de concienciación, así como de tratamiento y control de la presión arterial, son bajas en todo el mundo [4, 5]. En los países de ingresos altos estos bajos índices de tratamiento y control de la hipertensión se deben a la desigualdad de acceso a la atención sanitaria, al fallo del tratamiento antihipertensivo, a las condiciones comórbidas (como la obesidad y la diabetes), a la no adopción de estilos de vida saludables, a la pobre adherencia a la medicación y a otros factores psicosociales [4, 6-10]. Los países de ingresos bajos-medios se enfrentan a todos estos problemas y, además, a otros como la carencia de una plataforma para la gestión de las enfermedades crónicas, el inadecuado acceso al tratamiento para las enfermedades cardiovasculares y la falta de recursos humanos sanitarios [11-15].

En el caso concreto de Kenia, se han registrado tasas de tratamiento y control de la hipertensión por debajo del 15% y el 5%, respectivamente [16-18]. Dado que la hipertensión puede ser asintomática, la vinculación y retención a la atención sanitaria y la adherencia al tratamiento son retos particularmente difíciles de afrontar y su falta se asocia con un aumento de la mortalidad [19, 20]. Otros problemas añadidos son la lucha del sistema de salud de Kenia para hacer frente al aumento de la demanda asistencial, sobre todo en referencia a las enfermedades no transmisibles, el incremento de costes, la falta de instalaciones y equipos y la escasez de profesionales sanitarios cualificados. Hay que tener en cuenta que, con sólo cerca de 1.500 médicos disponibles en el servicio público, la proporción es de un médico por más de 26.000 personas [3].

Así pues, la primera fase del proyecto llevada a cabo por los investigadores en las zonas rurales de Kenia occidental, se centró en identificar las posibles barreras a la vinculación a la atención sanitaria de la hipertensión [21]. En el estudio, se utilizó un método de investigación cualitativo basado en el análisis de las discusiones en asambleas comunitarias tradicionales (mabaraza; n=242) y en grupos de discusión (n=169) de muestreo intencional [21]. Se identificaron 27 barreras para la vinculación a la atención sanitaria de la hipertensión, que fueron agrupadas en factores individuales (cognitivos y emocionales) y ambientales. Entre los factores cognitivos se incluía la ya mencionada naturaleza asintomática de la hipertensión y la limitada información sobre la enfermedad. Los factores emocionales englobaban el miedo a ser una carga para la familia o de padecer una enfermedad estigmatizada como el VIH. Los factores ambientales se dividieron en físicos (por ejemplo la distancia), socioeconómicos (como la pobreza) y en factores relacionados con el sistema de salud (como la popularidad de las terapias alternativas, entre otros) [21]. Este análisis proporcionó un nuevo enfoque metodológico que puede ser relevante en estudios en otros emplazamientos mundiales con escasos recursos [21].

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La segunda fase del proyecto financiado por NIH se basa en la hipótesis de que la introducción de soluciones novedosas y eficaces para solventar la escasez de recursos humanos sanitarios cualificados podría ser un componente crítico para la gestión de la hipertensión. Una posible solución a la falta de recursos humanos sanitarios cualificados sería la redistribución de tareas y la gestión de la presión arterial por un equipo de trabajadores comunitarios de la salud. Así pues, en base a las barreras identificadas en la primera fase del proyecto se desarrollará una herramienta de apoyo a la toma de decisiones y para el registro de datos para su integración en teléfonos inteligentes (smartphones), asociada a la AMPATH Medical Record System (ARMS), llevándose a cabo pruebas de usabilidad y viabilidad de este instrumento por parte de los trabajadores comunitarios de la salud [22]. Mediante un ensayo controlado aleatorio, se procederá después a comparar el efecto de la actuación de los trabajadores comunitarios de la salud con una formación estándar, frente una nueva estrategia de comunicación al paciente basada en el uso de la herramienta desarrollada e integrada en los teléfonos inteligentes. El estudio evaluará el impacto de ambas estrategias sobre la vinculación a la atención y cuidado de la hipertensión (definida como una visita al mes al dispensario, la visita confirmada de un trabajador comunitario de la salud o el registro de la toma de la presión arterial en casa con aparatos automáticos) y sobre la reducción, o no, de la presión arterial en pacientes hipertensos al año de seguimiento. Adicionalmente, un análisis coste-eficacia evaluará los costes por unidad de disminución de la presión arterial y los costes por año de vida ganados ajustados según el índice de discapacidad [22]. Este estudio, por lo tanto, proporcionará evidencias de la eficacia y del coste-eficacia de las estrategias encaminadas a vincular y adherir a los pacientes al cuidado de la hipertensión, que pueden ser aplicables a la gestión de las enfermedades no transmisibles en los países de ingresos bajos-medios [22].

En resumen, el programa ha puesto al alcance de una parte de los habitantes de Kenia la tecnología necesaria para tomar la presión arterial y les ha enseñado a tomarla con estos aparatos y a registrarla en teléfonos inteligentes. La tecnología puesta al alcance de un país con escasos recursos, esa es la esencia de este programa que hace posible que se disponga del mejor registro de presiones arteriales de África, conseguido gracias a la motivación de las personas. Hoy ya se habla de hipertensión en Kenia y se ha conseguido incrementar el nivel de concienciación sobre los factores de riesgo asociados a hipertensión y sobre cómo prevenirlos, a la vez que se anima a los pacientes a que se sometan a programas de detección. Todos estos resultados animan a pensar que en los países con una economía media o baja se puede hacer muchísimo por la salud si se impulsan iniciativas similares a las lideradas por el Dr. Fuster. Referencias 

  1. Gaziano, T., et al., Cardiovascular Disease, in Disease Control Priorities in Developing Countries, D.T. Jamison, et al., Editors. 2006, The International Bank for Reconstruction and Development/The World Bank Group: Washington DC.
  2. Lewington, S., et al., Age-specific relevance of usual blood pressure to vascular mortality: a meta-analysis of individual data for one million adults in 61 prospective studies. Lancet, 2002. 360(9349): p. 1903-13.
  3. Fuster, V., et al., Promoting Cardiovascular Health Worldwide: Perspective on the 12 Recommendations from the Institute of Medicine. Scientific American, 2014: p. 1-78.
  4. Egan, B.M., Y. Zhao, and R.N. Axon, US trends in prevalence, awareness, treatment, and control of hypertension, 1988-2008. JAMA, 2010. 303(20): p. 2043-50.
  5. Pereira, M., et al., Differences in prevalence, awareness, treatment and control of hypertension between developing and developed countries. J Hypertens, 2009. 27(5): p. 963-75.
  6. Cutler, J.A., et al., Trends in hypertension prevalence, awareness, treatment, and control rates in United States adults between 1988-1994 and 1999-2004. Hypertension, 2008. 52(5): p. 818-27.
  7. Nelson, S.A., et al., Barriers to blood pressure control: a STITCH substudy. J Clin Hypertens (Greenwich), 2011. 13(2): p. 73-80.
  8. Morgado, M., et al., Predictors of uncontrolled hypertension and antihypertensive medication nonadherence. J Cardiovasc Dis Res, 2010. 1(4): p. 196-202.
  9. Seedat, Y.K., Impact of poverty on hypertension and cardiovascular disease in sub-Saharan Africa. Cardiovasc J Afr, 2007. 18(5): p. 316-20.
  10. Wang, P.S., et al., Noncompliance with antihypertensive medications: the impact of depressive symptoms and psychosocial factors. J Gen Intern Med, 2002. 17(7): p. 504-11.
  11. Samb, B., et al., Prevention and management of chronic disease: a litmus test for health-systems strengthening in low-income and middle-income countries. Lancet, 2010. 376(9754): p. 1785-97.
  12. Kishore, S.P., R. Vedanthan, and V. Fuster, Promoting global cardiovascular health ensuring access to essential cardiovascular medicines in low- and middle-income countries. J Am Coll Cardiol, 2011. 57(20): p. 1980-7.
  13. Vedanthan, R. and V. Fuster, Urgent need for human resources to promote global cardiovascular health. Nat Rev Cardiol, 2011. 8(2): p. 114-7.
  14. BeLue, R., et al., An overview of cardiovascular risk factor burden in sub-Saharan African countries: a socio-cultural perspective. Global Health, 2009. 5: p. 10.
  15. Bloomfield, G.S., et al., Chronic noncommunicable cardiovascular and pulmonary disease in sub-Saharan Africa: an academic model for countering the epidemic. Am Heart J, 2011. 161(5): p. 842-7.
  16. Hendriks, M.E., et al., Hypertension in sub-Saharan Africa: cross-sectional surveys in four rural and urban communities. PLoS One, 2012. 7(3): p. e32638.
  17. van de Vijver, S.J., et al., Prevalence, awareness, treatment and control of hypertension among slum dwellers in Nairobi, Kenya. J Hypertens, 2013. 31(5): p. 1018-24.
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  19. Pastakia, S.D., et al., Screening for diabetes and hypertension in a rural low income setting in western Kenya utilizing home-based and community-based strategies. Global Health, 2013. 9: p. 21.
  20. Naanyu, V., et al., An exploration of the best location to refer Eldoret and Burnt Forest individuals newly diagnosed with hypertension or diabetes. USAID-Academic Model Providing Access to Healthcare (AMPATH) Program Report, AMPATH, Editor. 2010: Eldoret, Kenya.
  21. Naanyu, V., et al., Barriers Influencing Linkage to Hypertension Care in Kenya: Qualitative Analysis from the LARK Hypertension Study. J Gen Intern Med, 2016.
  22. Vedanthan, R., et al., Optimizing linkage and retention to hypertension care in rural Kenya (LARK hypertension study): study protocol for a randomized controlled trial. Trials, 2014. 15: p. 143.